Pero el Jueves saliendo de un bar nos encontramos con un regalo. Un monovolumen con tanta (no diré MIERDA) porquería, que parecía recién salido de una lluvia de polvo y ceniza.

La primera impresión sólo nos mostró los habituales "cerda", "lávame", "guarra", en los cristales laterales...

La parte posterior del vehículo ya contenía mensajes algo más específicos, no muy elegantes pero efectivos.
Y cuando parecía que ya era suficiente castigo para el dueño del coche, vimos el parabrisas.
Mejor leedlo vosotros.

1 comentario:
si si cerdito el del coche pero a que no se miran el dedo los que escriben esos mensajes...
Por cierto me encanta el blog (viru)
Publicar un comentario