(Carteles decorativos en un túnel de Reggio)

No quisiera juzgar al señor Picasso, artista universal, pero me debo a mis obligaciones.
Querido Pablo, aprecio tu devoción por la tauromaquia, y considero que un talento imaginativo como el tuyo debe explorar para descubrir, pero no creo que quitarle el sillín a la bici (con los riesgos que esto conlleva), y ponértela en el pene, sea de artista universal. He dicho.